La masa, para no complicarnos la existencia, es una masa quebrada, con un poco más de incredientes, ( la masa quebrada quedamos que era la reina de la dulcería, la base de todos los rellenos) pero a esta masa la acompañaremos con unas aromáticas especies como, clavo, vainilla, canela, almendras molidas y ralladura de limón.
Para un molde redondo de 24 cm., necesitamos: 150gr. de mantequilla fría, 150gr. de harina de trigo, 150 de azúcar glas, 100gr de almendras en polvo, una pizca de clavo molido, otra de vainilla, una cuchara de te, de canela molida y la ralladura de medio limón. No se asusten por la precisión germana, aunque la tarta es austriaca, van con el mismo vestido, media yema de huevo y una clara.
El primer paso es juntar todos los polvitos con la mantequilla fría y hacer arenita, después pondremos el zumo de medio limón y, si es posible, la medida del huevo. La otra media yema, no se apuren, será utilizada posteriormente. Se une todo con las manos limpias y se envuelve en papel transparente de cocina. Al frigorífico, durante media hora
Después se amasa un poquito y se estira con un rodillo. Recuerden que es una base, por lo que el grosor será de unos 3 ó 5 mm. Una vez que tengamos la base puesta en el molde, pasamos a hacer tiras de un centímetro. Con una, bordeamos el mode para poner el relleno de mermelada de frambuesas, y entrelazamos las tiras como una celosía. El resto del huevo, para dar brillo a la masa, y al horno, 175º, de 30 a 40 minutos. Dejen enfriar dos días. En ese tiempo desarrollará todos sus aromas y sabores. Pero, si no se resisten, zampeselan cuando quieran.
Ni se le pase por la mente hacerla en verano a cuarenta grados. Sera un imposible hacer y comer. Es consistente, mejor para los fríos del invierno
Una recomendación, si es menester. La ralladura de limón , por favor, sin parafina. Busquen un limón como la naturaleza le creo, que no le haya metido mano ningun ser humano.
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