Siempre quise saber, el momento en el que la humanidad comenzó a comer panes planos. Yo imagino, y mis teorías, lo siento, son guerreras: batallas entre amantes, y ¡zas! el pan volando por la cabezas hasta que se asienta en algún lecho y es aplastado por los cuerpos en movimiento. En las economías extrechas, hay que consumirlo, pero plano no sabe , le falta la miga. pues a pringarlo de huerta.
La historia es muy larga y con huecos, lo dejaremos en Sicilia. Las manos a trabaja, que hay que comer y disfrutar.
La formula es universal, y sin copyright, que es de agradecer. Yo tendo una que ya se quedó conmigo despues de haber tirado kilos de masa. Sencilla: 225gr. de harina de fuerza, media cucharadita de sal, 150ml de agua tibia, media cucharadita de levadura en polvo. No se agiten , tambien puede ser con la panadera , la levadura, entonces serían 15gr. y para no enredarles la cabeza, ni hablar de la masa madre. Y una cuchara de aceite de oliva virgen.
Y, ad hoc, con Sicilia hacemos un volcan, tal cual . lo seco sujeta lo húmedo. Se amasa y más, hasta poner los biceps a punto, para dar un achuchon al otro humano , o al gato, alma de compañia.
Se deja fermentar durante media hora , tapadita y calentita y después sin ningún tipo de compasion a darle hasta que se agote la ansiedad, estres, rabia, lo que sea. y la masa quede a punto para estirar. La forma a gusto. Los ingredientes a merced de la fantasia.
Hornear a 220º unos veinte minutos. A disfrutar de la pizza y de lo que se pueda.
Si ese dia necesitan glucosa y se apuntan a la dulcería, una exquisita, de fruta y miel. ¡No se arrepentiran!
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