Si lo desean pueden acompañarme por la interminable pradera festivalera.
La llegada puede ser complicada, en coche, no tenemos, los tranvías, puestos para mover masas, un imposible; por lo que nosotras pateadoras empedernidas, optamos por la más libre, ir andando relajadamente por un parque de los más bonitos que conozco, y sin darte cuenta estamos en el recinto ferial
Esta ubicado en un sitio fantástico, en la ribera del rio Nekar, y como una serpiente colorida recorre varios kilómetros de su orilla.
Atravesando el puente, ya el rugido de las atracciones, y el olor penetrante de los pollos asados, de las salchichas, nos predisponen a ponernos el cuerpo festivalero. Aunque a mi las masas no me entusiasmas, había que enseñar a las niñas las fiestas del pueblo.
Estamos en la Cannstatter Volkfest, de Stuttgart, aunque pueda parecer el Oktoberferst de Munich.
Las mismas atracciones, las cervezas diferentes ( cada fiesta toma la de su region ), las salchichas y los pollos de donde vengan, iguales. Las diferencia la publicidad y que por aqui no pasean los Boris Bekers, por lo cual no esta la televisión y eso es de agradecer.
¡ Pues a la fiesta !
y con esta luna y estos pies " pá casa "
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